Claves para cuidarnos en tiempos de pandemia: Bienestar + Salud Mental

¿De qué hablamos cuando nos referimos a SALUD MENTAL?

Suele existir cierta confusión a la hora de abordar este concepto.

Sin embargo, las personas que nos encargamos de tratar la Salud Mental desde una perspectiva social y profesional tenemos la definición clara.

Cuando hablamos de Salud Mental nos referimos a un estado de bienestar en el cual la persona realiza sus capacidades y es capaz de superar tensiones normales de la vida, de trabajar de forma productiva y/o de contribuir a su comunidad.

Como ves, en esta definición aparece la importancia del BIENESTAR, de ESTAR BIEN. De sentirnos a gusto y sentirnos capaces de avanzar en nuestras vidas.

Así, bienestar y salud mental son dos conceptos que van muy de la mano y que están estrechamente relacionados.

Por eso es importantísimo que sepamos cuidar nuestra salud mental para sentirnos bien, y más en tiempos tan complicados y extraños como estos que nos ha tocado vivir.

Y en ello profundizamos en este artículo que te hemos preparado.

Vamos allá.

La importancia de la Salud Mental en estos momentos

En Europa, según la OMS, los problemas de salud mental han aumentado durante la pandemia, con un claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés.

Varias encuestas muestran que alrededor de un tercio de las personas adultas reporta niveles de angustia. Entre la población más joven, esa cifra llega a 1 de cada 2 personas.

Eso es la mitad.

Y es que los problemas de:

  • Salud física.
  • Aislamiento.
  • Falta de contacto social.
  • La dificultad en la conciliación con la vida personal.
  • Los cambios de hábitos.
  • Los problemas laborales.
  • Etc.

Son problemas que pueden “pasar factura” a la salud mental de la población.

Tanto es así que, según la OMS, el 93% de los países ha visto cómo la pandemia paralizaba o afectaba a sus servicios de salud mental.

Y ahí viene el quid de la cuestión.

A pesar de que dicha atención es clave para el desarrollo óptimo de la sociedad, se trata de un servicio con grandes carencias de recursos humanos y económicos, tanto a nivel de nacional como global.

Eso es algo que peleamos día a día por mejorar.

Pero, con todo, también queremos apuntar las claves y factores que afectan a nuestra calidad de vida y, por tanto, a nuestra Salud Mental.

1. Nuestra experiencia del entorno afecta a nuestra Salud Mental

La forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno condiciona el cómo nos sentimos.

Esto se ha podido comprobar durante esta pandemia, que ha llevado la atención a la interrelación entre la naturaleza y la sa­lud humana.

Sobre todo para ensalzar valores como tranquilidad, calma y reflexión.

Y es que varios estudios sugie­ren que los niños y niñas que crecen sin acceso a la naturaleza sufren mayor ries­go de desarrollar trastornos cognitivos y del desarrollo.

Mientras que por otro lado parece que las interacciones con la naturaleza promueven la salud y reducen el riesgo de sufrir ciertos trastornos.  

En definitiva, la naturaleza reduce el estrés y contribuye también a comportamientos saludables, como la actividad física y las interacciones socia­les, que están íntimamente relacionadas con la salud mental.

Un paseo, los días de campo, respirar aire limpio… Cualquier acción que nos conecte con la naturaleza es recomendable.

2. Nuestras relaciones en casa y en el trabajo afectan a la Salud Mental

Las relaciones interpersonales entre miembros de la familia han cambiado durante la pandemia como resultado de los nuevos procedimientos como por ejemplo:

  • El teletrabajo.
  • La obligada escolarización en casa.
  • Inclu­so el desempleo.

Estos cambios abruptos a veces se traducen en modifica­ciones de los roles familiares, lo que puede conllevar altos niveles de estrés.

Pero, en especial, el aislamiento se ha propuesto como un factor relevante que ha influenciado los estados emocionales durante el con­finamiento.

Y no solo el hecho de vivir aislado, sino también el estado emocional de soledad, que se relaciona directamente con una mala Salud Mental.

Claves para cuidarnos: resiliencia

Tras haber visto cuáles son los factores con más impacto en nuestra Salud Mental durante la pandemia, vamos a centrarnos en la clave para afrontar todas las adversidades: la resiliencia.

Una persona resiliente no es aquella que nunca se cae, sino la que siempre se levanta.

Es esa capacidad humana para adaptarse a situaciones realmente difíciles (como la que atravesamos) y, utilizando recursos psicológicos específicos, no solo lograr superarlas, sino conseguir una transformación que nos haga más fuertes a nivel físico y mental.

Además, lo mejor es que la resiliencia es una cualidad que puede estar presente en mayor o menor grado en las personas pero que, en cualquier caso, puede trabajarse.

¿Cómo desarrollamos y mantenemos la Resiliencia en estos tiempos?

Convertir la resiliencia en un hábito en nuestra vida se puede conseguir de las siguientes formas:

  • Manteniéndonos activos, reflexivos y sabiendo cómo comportarnos con el entorno.
  • Potenciando y utilizando las capacidades intelectuales frente a la adversidad.
  • Impulsando la cohesión familiar: tratando a los demás con respeto.
  • Demostrando afecto, ternura y preocupación por el bienestar de los/as niños/as y de cada uno de los miembros de la familia.
  • Disponiendo de apoyo externo: profesores, familiares o amigos significativos, y de instituciones o grupo (escuelas, servicios de salud, servicios sociales u otros).

No es fácil, pero con constancia y trabajo se puede lograr.

Reflexión de un usuario experto de la Red Sanamente

Antonio Ramos lleva varios años trabajando como USUARIO EXPERTO en la Red Sanamente  (una persona que desde su propia experiencia en primera persona con un malestar psíquico acompaña a otras personas de igual a igual).

Actualmente está coordinando dos grupos de ayuda mutua.

Lo que más le gusta de estos grupos es que existe total sinceridad, no hay tabús. Dado que existe confidencialidad, las personas expresan sus preocupaciones con total libertad. Y también sus alegrías.

Una de las primeras tareas que determina en el grupo, es hablar de recuperación. Un tema que preocupa a todos.

Cuando se declaró el confinamiento, se suspendieron los recursos. Esto supuso un grave perjuicio en el proceso terapéutico, ya que las personas usuarias de estos recursos se quedan, de repente, sin su rutina diaria.

Todo ello implicaba una enorme negatividad.

En realidad, este aislamiento lo hemos vivido todos, ¿verdad?

Esa imposibilidad de llevar a cabo la vida diaria es una característica de la enfermedad mental.

Por eso, Antonio cree que la pandemia, más allá de los problemas que nos ha causado, y que todavía lo sigue haciendo, debe ser un instrumento para el cambio. Una palanca que nos impulse a observar la vida desde otro prisma.

Y es que la pandemia nos ha dado muchas lecciones de salud mental.

Pero Antonio se queda con una: la pérdida de libertad y el aislamiento nos deben mostrar la importancia de vivir el día a día con positividad.

Agradecer cada momento, cada persona, cada contacto, cada tarea, cada beso, cada caricia, cada abrazo…

La vida nos da lecciones cada día. Esta crisis sanitaria es una más.

Pero desde su trabajo como usuario experto, a Antonio le gustaría que pensáramos en la salud mental como algo que es propio del ser humano.

Debemos entender a las personas con problemas de salud mental, porque esta es un bien que debemos cuidar entre todos, en sociedad.

Aprendiendo a levantarnos cuando nos caemos.